¡Pues sí! ¿Quién lo iba a decir? Aquello que parecía un sueño inalcanzable aquí está, creciendo dentro de mí y abriéndose paso poquito a poco. Hace mucho que no escribía, pero debo de decir que mis motivos tenía, estas doce semanas no han sido un camino de rosas y las dudas y los miedos asaltaban cuando más distraída me encontraba.
Fue en la semana 5 cuando empecé manchando flujo de color café, tuve en cierto modo "suerte" (por decirlo de alguna manera) porque el ginecólogo me veía al día siguiente para ver si había saco gestacional o no. Cuando me vio le comenté lo que me había ocurrido el día anterior y tras hacerme una buena exploración me dijo que todo estaba en orden. Mi marido y yo pudimos ver el saco y aparentemente todo estaba perfecto, el médico me comentó que esos sangrados eran a causa de la implantación, el embrión conforme se habría paso podía ir rompiendo algún capilar y que la sangre se oxidase y finalmente la expulsase con el flujo, por ello de ese color marrón. Pues bien, estuve manchando prácticamente todos los días de esa semana de color café hasta que ese mismo domingo empecé a manchar rojo brillante, podéis haceros una idea del tremendo susto que me llevé. Me tumbé en la cama, me dije a mí misma que no me iba a mover de ahí hasta que dejase de sangrar y al poco así fue. (A todo esto yo ya iba con 5 pastillas al día de 200mg de progesterona cada una, vamos, dopada a nivel máximo).
La semana siguiente volví a sangrar miércoles y tras llamar a la clínica de fertilidad para comentarlo, me dijeron que fuese al ginecólogo inmediatamente, así lo hicimos y cual fue nuestra sorpresa al ver al pequeñín dentro del saco y con el corazón latiendo a ciento y pico por hora. Os puedo asegurar que lloré cómo hacía tiempo que no lo hacía, parecía que no tenía consuelo, su corazón fue música para mis oídos. Al parecer tenía un hematoma muyyyyy pequeño junto al saco y el ginecólogo me dijo que de ahí no podía sangrar, sencillamente era debido a que el cuello de mi útero estaba muy vascularizado y que con cualquier roce, esfuerzo, caminata.... ¡pum! sangraba. Así que me recomendó reposo absoluto cinco días y de nuevo ecografía.
Tras esos cinco días de absoluta desesperación no manché apenas nada, y justo cuando se acababa mi periodo de hibernación teníamos cita con la ginecóloga de la clínica de fertilidad. Fue increíble la poca importancia que le dio a mis manchados y debo de decir que eso me terminó de tranquilizar por completo. Me comentó que aquellas mujeres que nos sometemos a un tratamiento de reproducción, a causa de la medicación que llevamos, nuestro útero está más sensible y vascularizado y que por ello manchamos o sangramos más. Me miró de nuevo, pudimos ver a nuestro pequeñín y me dijo que estaría dos semanas más manchando por lo menos, que no me preocupase, que llevase una vida relajada, pero que todo iba a salir bien. Y ahí fue cuando me quité un peso enorme de encima, suspiré tranquila y confié en sus palabras por encima de todo, porque si no confiaba en ella ¿En quién lo iba a hacer? Pues bien... su pronóstico se cumplió, estuve semana y media manchando de color marrón, algún día rojo, y de repente los manchados desaparecieron, sin más. Tal y como vinieron, se fueron, sin avisar.
En resumidas cuentas, estuve desde la semana 5 hasta la semana 9 manchando TODOS los santos días, a veces color café, a veces marrón más intenso, a veces rosita o otras veces rojo sangre. Es cierto que el manchado no era excesivo, y la cantidad me la controlaba bastante por si tenía que salir a urgencias corriendo, pero al final resultó ser un proceso más de este camino por recorrer. Por ello quiero animar a aquellas mujeres que manchéis, que no lo deis todo por perdido (yo lo dí en más de una ocasión) los manchados pueden suceder, y ante la menor duda... ¡id al ginecólogo! Ellos os sacarán de dudas y os puedo decir que vuestra tranquilidad emocional vale más que cualquier otra cosa, porque se pasa mal, y cuando respiras tranquila... no hay quien pague eso.
Ahora ya de casi 12 semanas (las cumplo el sábado) ya he ido a mi primera consulta con la matrona, me he hecho los análisis del triple screening e incluso he ido al ginecólogo por la Seguridad Social. Todo está en orden, los resultados han salido muy bien y bueno.... espero que los meses que quedan por delante los pueda disfrutar un poquito más. Todo va viento en popa.
Mucho ánimo a todas porque ¡sí se puede!
Un abrazo, ovositoras.
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