¡Buenos días ovositoras!
Por fin puedo decirlo ... ¡ESTOY EMBARAZADA!
Creí que nunca llegaría el día, se nos había hecho todo tan cuesta arriba que no visualizábamos ese ansiado positivo, y por fin... lo hemos obtenido.
Tuvimos la beta (análisis en sangre) el lunes pasado (mañana hará una semana de ello), puesto que me hacían el análisis en el hospital por la mañana, supuestamente mi marido estaría trabajando, por lo que decidimos hacernos una prueba de embarazo esa misma mañana, de forma que si nos llevábamos un chasco, ambos estuviésemos apoyándonos el uno al otro, o que si por el contrario salía positivo, la alegría fuese doble y encima compartida.
No sé si fue peor el remedio, que la enfermedad. Nos hicimos un clear blue digital para evitarnos el calentamiento de cabeza si veíamos o dejábamos de ver la rallita. Estos test de embarazo son tajantes como ellos mismos, estás o no estás embarazada. Luego tiene sus matices, si lo estás te hace una aproximación de cuanto tiempo debes estar. El resultado fue "Embarazada" ... no tardó ni un minuto en ponerlo, en cambio el "tiempo de gestación" tardó un poquito más... al final fue: Embarazada, 1 a 2 semanas.
Bien, la alegría fue tremenda, pero las dudas me asaltaron rápidamente: "estoy embarazada, pero ¿se habrá parado?, ¿Están bien las semanas que indican?, ¿Y si pone que tengo hormona pero realmente no ha funcionado?". Respiré hondo y me dije a mí misma que lo mejor era desechar esas ideas, la beta la tenía en un par de horas y me sacaría de dudas. Si la beta era pequeña, era muy probable que el embarazo no tirase hacia delante, en cambio si era grande, podía respirar tranquila. (Por lo menos durante unas horas)
Finalmente mi marido me acompañó a hacerme la beta, se fue a trabajar y como el resultado nos lo daban en una hora, a la hora estuvo de nuevo junto a mí.... y el bendito resultado: 249.9. ¡Era una PEDAZO de beta! Las que habéis esperado durante mucho tiempo un positivo, y las que habéis hecho un tratamiento de fertilidad me entenderéis: lloré como hacía muchísimo tiempo que no lloraba. Lloré por los meses de espera, por aquel bioquímico perdido en marzo del 2016, lloré por ver negativas durante más de un año todas las tiras de test de embarazo, lloré por el desgaste psicológico que llevábamos encima, lloré por todas las veces anteriores que había llorado. Lloré de alegría pura y dura.
Ahora el camino que tenemos que sortear es completamente nuevo para nosotros, las dudas nos asaltan y los miedos no han quedado atrás. Portamos un equipaje un tanto pesado y nuestra próxima meta es la ecografía que tenemos dentro de 4 días, para ver el saco gestacional (a petición de la ginecóloga que nos está llevando en la clínica de fertilidad). Es muy probable que no veamos el embrión, ya nos han advertido de ello, pero si conseguimos ver el saco, nos quitaremos un pequeño peso de nuestro equipaje, parte del miedo se disipará. Cruzaremos los dedos.
Un besazo y mucha suerte, ovositoras.
Por fin puedo decirlo ... ¡ESTOY EMBARAZADA!
Creí que nunca llegaría el día, se nos había hecho todo tan cuesta arriba que no visualizábamos ese ansiado positivo, y por fin... lo hemos obtenido.
Tuvimos la beta (análisis en sangre) el lunes pasado (mañana hará una semana de ello), puesto que me hacían el análisis en el hospital por la mañana, supuestamente mi marido estaría trabajando, por lo que decidimos hacernos una prueba de embarazo esa misma mañana, de forma que si nos llevábamos un chasco, ambos estuviésemos apoyándonos el uno al otro, o que si por el contrario salía positivo, la alegría fuese doble y encima compartida.
No sé si fue peor el remedio, que la enfermedad. Nos hicimos un clear blue digital para evitarnos el calentamiento de cabeza si veíamos o dejábamos de ver la rallita. Estos test de embarazo son tajantes como ellos mismos, estás o no estás embarazada. Luego tiene sus matices, si lo estás te hace una aproximación de cuanto tiempo debes estar. El resultado fue "Embarazada" ... no tardó ni un minuto en ponerlo, en cambio el "tiempo de gestación" tardó un poquito más... al final fue: Embarazada, 1 a 2 semanas.
Bien, la alegría fue tremenda, pero las dudas me asaltaron rápidamente: "estoy embarazada, pero ¿se habrá parado?, ¿Están bien las semanas que indican?, ¿Y si pone que tengo hormona pero realmente no ha funcionado?". Respiré hondo y me dije a mí misma que lo mejor era desechar esas ideas, la beta la tenía en un par de horas y me sacaría de dudas. Si la beta era pequeña, era muy probable que el embarazo no tirase hacia delante, en cambio si era grande, podía respirar tranquila. (Por lo menos durante unas horas)
Finalmente mi marido me acompañó a hacerme la beta, se fue a trabajar y como el resultado nos lo daban en una hora, a la hora estuvo de nuevo junto a mí.... y el bendito resultado: 249.9. ¡Era una PEDAZO de beta! Las que habéis esperado durante mucho tiempo un positivo, y las que habéis hecho un tratamiento de fertilidad me entenderéis: lloré como hacía muchísimo tiempo que no lloraba. Lloré por los meses de espera, por aquel bioquímico perdido en marzo del 2016, lloré por ver negativas durante más de un año todas las tiras de test de embarazo, lloré por el desgaste psicológico que llevábamos encima, lloré por todas las veces anteriores que había llorado. Lloré de alegría pura y dura.
Ahora el camino que tenemos que sortear es completamente nuevo para nosotros, las dudas nos asaltan y los miedos no han quedado atrás. Portamos un equipaje un tanto pesado y nuestra próxima meta es la ecografía que tenemos dentro de 4 días, para ver el saco gestacional (a petición de la ginecóloga que nos está llevando en la clínica de fertilidad). Es muy probable que no veamos el embrión, ya nos han advertido de ello, pero si conseguimos ver el saco, nos quitaremos un pequeño peso de nuestro equipaje, parte del miedo se disipará. Cruzaremos los dedos.
Un besazo y mucha suerte, ovositoras.
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